El consumo moderado de cerveza, efectuado por adultos sanos y en el marco de una dieta equilibrada, contribuye a prevenir enfermedades que tienen su base en la alimentación, y específicamente reduce el riesgo cardiovascular. Así lo señaló ayer en Salamanca Javier Romeo Marín, investigador del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y coautor del último trabajo científico a propósito de esta bebida.
Romeo Martín señaló en la presentación del estudio en el Colegio de Médicos de Salamanca que la ingesta de una cantidad moderada de cerveza, puede ser una ayuda fundamental ante el avance de enfermedades degenerativas, tales como el Alzheimer, o afecciones como la osteoporosis. Los estudios de los expertos consideran que el consumo moderado de cerveza recomendable es de una o dos cañas diarias en el caso de las mujeres y de dos o tres diarias en el de los hombres.
En este sentido, el investigador llamó la atención sobre las altas propiedades nutritivas y beneficiosas para el organismo de la cerveza sin alcohol, «que mantiene todos los componentes positivos de la cerveza con alcohol y que puede ser una alternativa muy buena para personas que por su situación no puedan consumir alcohol, personas mayores, personas que se estén medicando o mujeres embarazadas».
Además de los beneficios sobre la población en general, Javier Romeo Marín presentó en Salamanca el resultado de una investigación sobre los efectos de la cerveza en la rehidratación y recuperación de los deportistas.
El estudio se realizó con un grupo de 16 voluntarios sanos, a los que se sometió a un ejercicio exigente en condiciones de alta temperatura ambiental. Una parte de los deportistas tomó agua, mientras que la otra mitad tomó cerveza tras el esfuerzo.
La investigación revela que la cerveza permite recuperar las pérdidas hídricas en medidas similares al agua. De hecho, Javier Romeo aseguró que «mientras la rehidratación con agua podía tener algunos efectos no positivos, como la aparición de algún proceso inflamatorio, este problema no se daba con la cerveza», ya que al contar con «un rico contenido en carbohidratos, minerales y vitaminas», esta bebida es capaz de «atenuar las respuestas hormonales de estrés, además de reducir directa e indirectamente las perturbaciones en el sistema inmune», señaló el investigador.
Agradecer desde aquí la colaboración de Eva por la transmisión de la noticia en el El norte de castilla.
Besitos para ellas y abrazos para ellos.
